
Cuando la luz se transforma en profunda oscuridad,
Cuando el ruido llama al silencio,
Cuando la realidad reaparece, con más fuerza y más verdadera que nunca,
Y se queda ahí, frente a mí, obligándome a mirarla, a sentirla,
La tristeza nuevamente me invade,
Tristeza que se mezcla con bronca, con melancolía…
Miro la ventana, afuera está lloviendo,
Saco la cabeza en busca del agua purificadora,
Las lágrimas, que descienden lentamente por mi rostro,
Adquieren rapidez al mezclarse con las gotas de lluvia
Y todas se vuelven una y van a dar en el suelo.
Uno a uno se suceden los minutos, y se funden en horas interminables,
Que, a cada instante, se vuelven más perceptibles,
Pues, el estruendoso TIC-TAC retumba imborrable en lo más profundo de mi ser.
TIC-TAC, TIC-TAC, una onomatopeya infinita que se repite sin cesar,
TIC-TAC, TIC-TAC, sólo para recordarme que la realidad es poderosa,
TIC-TAC, TIC-TAC, que el ayer sigue ahí,
TIC-TAC, TIC-TAC, que el pasado es parte de la vida y de quiénes somos,
TIC-TAC, TIC-TAC…
Un escalofrío recorre todo mi cuerpo,
Grito con todas mis fuerzas,
Mi puño cerrado se eleva, firme y seguro,
Y trueca, de un solo golpe, la noche en silencio absoluto
La sonrisa que se dibuja en mi rostro
Intercepta las lágrimas que se pierden en las comisuras,
Entonces cierro los ojos y vuelvo a dormir.
MELINA (diciembre 2007)
Cuando el ruido llama al silencio,
Cuando la realidad reaparece, con más fuerza y más verdadera que nunca,
Y se queda ahí, frente a mí, obligándome a mirarla, a sentirla,
La tristeza nuevamente me invade,
Tristeza que se mezcla con bronca, con melancolía…
Miro la ventana, afuera está lloviendo,
Saco la cabeza en busca del agua purificadora,
Las lágrimas, que descienden lentamente por mi rostro,
Adquieren rapidez al mezclarse con las gotas de lluvia
Y todas se vuelven una y van a dar en el suelo.
Uno a uno se suceden los minutos, y se funden en horas interminables,
Que, a cada instante, se vuelven más perceptibles,
Pues, el estruendoso TIC-TAC retumba imborrable en lo más profundo de mi ser.
TIC-TAC, TIC-TAC, una onomatopeya infinita que se repite sin cesar,
TIC-TAC, TIC-TAC, sólo para recordarme que la realidad es poderosa,
TIC-TAC, TIC-TAC, que el ayer sigue ahí,
TIC-TAC, TIC-TAC, que el pasado es parte de la vida y de quiénes somos,
TIC-TAC, TIC-TAC…
Un escalofrío recorre todo mi cuerpo,
Grito con todas mis fuerzas,
Mi puño cerrado se eleva, firme y seguro,
Y trueca, de un solo golpe, la noche en silencio absoluto
La sonrisa que se dibuja en mi rostro
Intercepta las lágrimas que se pierden en las comisuras,
Entonces cierro los ojos y vuelvo a dormir.
MELINA (diciembre 2007)